Estancamiento

Últimamente no he estado muy cerca del lápiz y el papel. Puede que se trate del estrés de la universidad, de asimilar que hay personas que ya no están o de que me veo superada en todas las situaciones.

Me levanto con muchas ganas de afrontar el día, pero es simplemente una chispa en comparación a la llamarada que yo desprendía antes. Este mes de febrero he podido experimentar emociones y sentimientos tan opuestos, que creo que necesito un tiempo para poder estabilizarme, para poder llegar a mi equilibrio. Necesito pararme a pensar en todo lo que me ha ocurrido y realmente buscar una solución factible. Porque sé que lo estoy orientando mal. Acostumbro a decirle a la gente que lo mejor es mantenerse ocupado para evitar pensar en lo que realmente quiere tu cabeza que reflexiones. Ahora he tomado mi propio consejo y, creedme, no es del todo eficaz. Por un tiempo parece que vives en una burbuja en la que no ha pasado nada y crees que ha sido un mal sueño, pero te despiertas. En mi caso, cuando me voy a dormir es el peor momento del día. Me dedico a pensar en todo el tiempo que he perdido en todo el día sólo por no pararme a pensar, por no intentar ponerle fin a esta situación que me consume. Pero no me veo capaz. Me repito una y otra vez que algo no va bien, que tengo que encontrar eso que me oprime para poder romper el envoltorio y coger oxígeno.

Sé que muchas personas me apoyan, que tratan de animarme y sacarme una sonrisa, pero está complicada la cosa... Me siento mal cuando no puedo sonreír con mis familiares y amigos, pero no soy capaz de poner mi fachada con ellos. Es imposible. Sé que algún día explotaré y podré salir de esto, pero creo que primero tengo que buscar la manera de salir de esta publicidad interminable que sólo me hace perder tiempo de mi propia película.

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