No te rindas.
Desde niños nos acostumbran a decir que todo con esfuerzo acaba saliendo, que poniéndole ganas y sintiéndolo como un compromiso, y no una obligación, es posible. Lo que no suelen decirnos es cuántas veces tenemos que poner ese esfuerzo por cumplir nuestros sueños. Los pasos, según las "normas" de la razón serían:
- Tener un sueño: no hay ninguna persona que se guíe por nada, algo le tiene que provocar ese impulso que le da energía y entusiasmo por conseguirlo.
- Tener actitud: puedes tener un sueño, pero desde el sofá no lo vas a conseguir, eso seguro.
- Tener tiempo: es imprescindible dedicarle momentos a nuestras ilusiones, porque sino se marchitan.
- Ser constante: no pretendas conseguir el objetivo el primer día que lo intentas, porque si es así, es que aspirabas a algo muy simple que podías haber hecho mucho antes.
- Objetivo cumplido.
Y bien, ¿todo perfecto no? Esos serían los pasos que nos da la razón para poder conseguir esos objetivos que nos proponemos, esos sueños que nos hacen sentirnos vivos y nos permiten experimentar nuevas sensaciones. Pues hay un factor con el que no he contado: el externo.
Todos los sueños son posibles, con esfurzo y dedicación, pero lo importante es no rendirse nunca. Puede que nos pongan muchos obstáculos por el camino, que seamos la persona más constante del mundo y no nos den ese trabajo que tanto ansiamos o que no nos califiquen de la manera que nos merecemos después del esfuerzo y dedicación que hemos realizado. En ese momento llega el factor externo. Ese en el que ponen a otra persona en tu puesto de manera "casual", mientras tú sabes que está muy por debajo de ti. Ese en el que te califican como no apto porque no has conseguido pasar la prueba que, según ellos, determina si tienes los conocimientos necesarios para continuar con tu aprendizaje.
Después de tanto tiempo invertido, se te quitan las ganas de volver a intentarlo, de seguir luchando. ¡Oye! ¿Recuerdas por qué empezaste? ¿Por qué se desató un impulso que ni tú pudiste frenar y que te hizo llegar hasta este mismo momento? Parece que se te olvida. Quiero contarte algo que dijo una vez un maravilloso poeta:
"No te rindas"
No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras,
Enterrar tus miedos,
Liberar el lastre,
Retomar el vuelo.No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje,
Perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo,
Correr los escombros,
Y destapar el cielo.No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda,
Y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños.Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.Abrir las puertas,
Quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa,
Ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas
E intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme,
Aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma,
Aún hay vida en tus sueñosPorque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.Mario Benedetti.
Espero que captes la esencia del poema, ya que no quiero que te quedes en un sofá viendo como tu vida pasa y tú no vas con ella.