Take breath and hold in.

A veces, nos encontramos en esas etapas que nos hunden y nos hacen dudar de nosotros mismos. Esos momentos en los que crees que nada puede ir peor y una mínima gota de lluvia te hace quedarte toda la tarde en la cama pensando en qué es lo que hiciste para sentirte de esa manera. 

Entonces, empiezas a pensar. Tu cabeza empieza a dar millones de vueltas, revisa todas tus acciones pasadas buscando el momento en el que todo empezó a desplomarse a pasos agigantados. Nunca llegas a saber cuál fue el factor desencadenante. Igual es por tu capacidad de soportar tantas cosas que no te agradan que, al final, una última gota llena la piscina y te ahoga. En estos momentos no sabes qué hacer y varias opciones pueden ser tu solución:

  1. Meterte en la cama esperando a que todos tus males se volatiricen y todo vuelva a ser como antes. Puedes dormir, mirar el móvil, el ordenador... Tienes miles de cosas que hacer desde la cama, pero algún día tendrás que levantarte a comer y saldrás de la cueva.
  2. Sentarte en la silla y buscar en los libros, si existe, una solución para la ecuación con varias incógnitas que nos pone día a día la vida. La teoría está muy bien, realmente hay muchas personas que han pensado sobre los problemas de la vida, lo que está bien y mal, pero nadie ha estado exactamente en la misma situación que tú como para decirte realmente qué es lo correcto.
  3. Levántate, lávate la cara, mírate al espejo. ¿Qué ves? ¿Es lo que quieres ser? ¿Qué cambiarías de esa persona que tienes frente a ti? Para responder a estas preguntas, tendrás que trabajar muy duro, pero no podrás esperar a que esos cambios lleguen solos. Lucha por lo que quieres ser, porque nadie lo hará por ti. Eres tú y tus circunstancias, nadie podrá ayudarte si no eres tú quien quiere dar el primer paso.

En tus manos está la respuesta.