Temor
25.05.2016 20:00
Llega el momento en que sonríes hasta por la simple manera de revolotear de una mariposa. Te levantas por la mañana y te dices a ti misma: "Hoy va a ser un gran día". Vas desentonando con una sonrisa constante y con tu forma de reír a carcajadas. Esto un día está bien, pero imagínalo todos los días.
Tu cuerpo te agradece todas esas endorfinas que generas con cada sonrisa y cada carcajada, pero no olvides que no siempre se puede estar bien. Mantente alerta, porque en cualquier momento aparecerá algo que intente perturbar esa nube en la que estás subida. En ese momento, aterriza e intenta no caer de cabeza.
Porque cuando caes, no sabes de qué manera puedes llevarte el golpe. Si la caída es prolongada es entonces cuando temes realmente el impacto. Sabes que vas a caer, pero no sabes cómo, cuándo ni por qué.
Entonces aparece.
El temor a caer.