Un día de estos
Desde que me levanto intento complacer a todas las personas que me rodean, ya sea en persona o por whatsapp. Muchas veces llego a pensar que me absorbe más tiempo el pensar si esas personas están bien, que no me necesitan porque no soy imprescindible, que el hecho de hablar un rato con ellas y preguntarles personalmente. La sensación de ser una "pesada" por saludar siempre la primera, por preguntar un "¿cómo estás?" intentando esperar una respuesta más elaborada que "bien" o "mal", por intentar mantener relaciones que deberían haber caducado hace tiempo.
Sin embargo, me paro a pensar. ¿Y si no hiciera ese esfuerzo de mantener las buenas relaciones que en mi opinión son necesarias para mi? ¿Esas personas me saludarían primero si yo consigo aguantar un tiempo sin saludar? Entontes, comienzo a pensar en cuánto me valoro. Cuánto creo que valgo para estar detrás de esas personas que puede que piensen que soy una "amiga pesada" más y no una buena amiga. En ese momento, me propongo un reto: Deja el móvil durante un día sin whatsapp, facebook, twitter... Desconecta del mundo exterior e intenta sobrevivir.
Hoy he conseguido ese objetivo. Realmente, no sé si no he recibido ningún "hola, cómo estás" porque estamos en verano, previo a fiestas de San Juan o porque tenía que pasar. Más de un día mi propia adicción no me permite estar sin Wifi, pero esta experiencia queda guardada y se repetirá otro día.
Como conclusión, creo que si en más de 3 ocasiones no recibiera ningún mensaje, dejaré de ser la tonta que salude primero, de investigar si la persona que se encuentra al otro lado está bien o tiene algún problema, o la que simplemente se interesa por los demás. El valor de mi persona lo considero superior a ese interés que se despierta en algunos momentos del día, en esos espacios vacíos entre las actividades que realmente me van dando vida.
Lo siento, pero hoy, comienzo a valorarme.